Lentillas para dormir y otros métodos poco conocidos para revertir la miopía
15/10/2024
Entrevista al doctor de la Facultad de Óptica y Optometría, Joan Pérez, publicado en el Diari Ara
Los problemas visuales son cada vez más frecuentes, especialmente entre los niños. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que mil millones de personas en todo el mundo tienen problemas visuales evitables. Una de cada cuatro es miope. Una discapacidad visual que afecta a todas las edades, pero es especialmente relevante abordarla en etapas tempranas de la vida.
"Sólo dos de cada diez personas se realizan una revisión visual anual, lo que puede impedir una detección precoz de la miopía sobre todo en edades más jóvenes".
Un estudio de la UPC señala que en la actualidad uno de cada diez niños de entre 8 y 9 años tiene miopía.
"Nuestro objetivo cuando detectamos un caso es actuar lo antes posible porque, si no hacemos nada, lo más probable es que la miopía aumente".
Como medidas correctoras destacan las gafas, las lentes de contacto y la cirugía refractiva que pueden corregir disfunciones visuales, pero existen otros métodos que pueden frenar su avance, como las lentillas nocturnas conocidas como orto-k que moldean la córnea mientras duermes y permiten tener una buena visión al día siguiente sin necesidad de llevar gafas.
"Hoy en día hay tratamientos pensados para que esta miopía no progrese. Algunos hace veinte años que los tenemos y la evidencia científica los avala, pero son menos conocidos".
También existen unas lentes de contacto diurnas, que tienen una óptica especial, gafas específicas correctoras de la miopía, y también fármacos, como la atropina a baja concentración, aunque este medicamento debe prescribirlo un oftalmólogo.
"Cuando un niño no se puede poner lentillas, por los motivos que sea, las gafas y las gotas (atropina) antes de acostarse, pueden ser una opción para que su miopía avance a un ritmo más lento".
Pero antes de corregir es necesario identificar la miopía en población infantil que cada vez es más elevada en familias con menos recursos económicos. Muchos hogares no pueden acceder a las ayudas ópticas o asumir el coste de los tratamientos. Además, este ámbito de la salud está "muy cojo" en la cartera sanitaria pública, ya que el control de la miopía no está previsto.
Ante este problema, el programa Mirades Solidàries, impulsado desde la facultad, proporciona gafas, terapia visual, ayudas a la baja visión y lentillas especiales a personas derivadas por los servicios sociales.
El uso continuado de pantallas, el poco tiempo de ocio en el exterior y los hábitos de vida actuales hacen que la prevalencia entre los niños haya aumentado, por lo que Joan Pérez recomienda realizar más actividades al aire libre y disminuir las horas que los niños pasan mirando el móvil.
Podéis leer AQUÍ la entrevista en el Diari Ara
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